Queso curado de vaca de pasta prensada y no cocida, de coagulación enzimática y maduración lenta en bodega natural subterránea durante un mínimo de 3 a 4 meses. De tono marrón azulado, su presencia es cilíndrica con bordes vivos y su corteza es natural, cepillada de color marrón azulado, enmohecida en bodega. El interior es ciego y compacto, pero de textura mantecosa, se funde al paladar y de color blanco marfil. Sabor franco, con fondos lácticos y suavemente salinos de gran mantecosidad y con aromas húmedos. Aromas animales, fúngicos y de madera húmeda «a queso de bodega». Sabor láctico y dulce (cereal) con un regusto exquisito a frutos secos lechosos (avellanas crudas). Alta persistencia en boca.
Tradicionalmente este tipo de queso se elaboraba de manera casera con leche de oveja, hasta que a mediados del siglo pasado, el Valle de Benasque se especializó en la producción de leche de vaca. Y en la actualidad El Benasqués es la última quesería de la zona que engloba todo el saber y la tradición de un valle rico, tanto en naturaleza que alimenta a las reses como en sabiduría a la hora de elaborar los alimentos. La elaboración casera de este queso se realizaba con leche de oveja de vaca y mezcla.
Todavía hoy uno puede imaginar las sombras del ganado de Sahún, oír el tintineo de las vacas y ovejas en un pueblo próspero por el que pastoreaban más de 50 ganaderos. Pero eso es historia. Y lo saben Carmen de Mur, su marido Armando Billarín y sus hijos, propietarios de la última quesería, llamada El Benasqués.