El origen de Cerler, Sarllé en patués, está documentado en el siglo IX pero poco se había hablado de él antes de la década de 1970, cuando no era más que un conjunto de casas apiñadas de difícil acceso. Su antiguo núcleo histórico, perfectamente conservado, sobrevive al desarrollo que ha habido a su alrededor motivado por el gran auge que han tenido en la zona las actividades de invierno que se desarrollan en la estación de esquí de Cerler.
Hoy en día es habitual ver esquiadores, senderistas y ciclistas como parte del paisaje de Cerler, pero este pueblo ya existía antes de la apertura de la estación de esquí que lo ha hecho famoso. Durante la Guerra civil todos los archivos fueron destruidos y parte de la historia de este pueblo se fueron con ellos.
El casco antiguo de Cerler se levanta alrededor de la parroquia de San Lorenzo y está hecho a base de forja, piedra, madera y pizarra. Cuenta con numerosas casas nobles del siglo XVI y con algunas construcciones de épocas anteriores.
Probablemente el edificio más antiguo de Cerler es Casa Cornel, antigua residencia de Pedro Cornell, Obispo de Tarazona en el siglo XV, y vinculada a la familia con este nombre desde el siglo XII, una estirpe centenaria del valle en la que ha habido desde hidalgos hasta obispos, militares y algún ministro. La casa conserva la casa-patio como ejemplo casi paradigmático de planta baja protegida por un pórtico abierto al patio descubierto del interior.
Destacan también Casa Betrán, Santa María, Pepe, Casalero, Antondos, Barbero, Marta y Caballé, que componen el itinerario obligado que repasa la austeridad formal de la arquitectura popular de la zona. La del Obispo es la principal, atraviesa el pueblo desde la entrada hasta la plaza Mayor y recibe como afluentes otras vías menores de factura impecable: La Fuente, Fuendemuro, Camino Benasque...
El pueblo de Cerler está encaramado sobre el valle de Benasque y tiene vistas espectaculares a la mayor concentración de tresmiles de la cordillera pirenaica. Ubicado en el valle de Benasque, un rincón donde la naturaleza nos invita a disfrutar de su calma y nos evoca paz, majestuosidad y cercanía.
Sin duda el entorno natural que nos ofrece todo el municipio de Benasque, y el Valle en general, es el mejor remedio para liberarnos del estrés y de las prisas del día a día, ya sea disfrutando de él de manera tranquila o practicando la multitud de deportes que se pueden realizar en la zona durante todo el año.
Cerler tiene carácter alpino con una altitud máxima de 2630 m. sobre el nivel del mar. Repartida entre tres valles, Cerler, Ampriu y Castanesa, es una estación para disfrutar en la técnica, los descensos y los retos de las diferentes disciplinas.
La estación, rodeada de los picos más altos de la cordillera - el pico Aneto con 3404 m. de altura, el Posets con 3.372 m., la Maladeta con 3.312m. y el Perdiguero con 3.222m -, tiene un posicionamiento privilegiado que le otorga uno de los mayores desniveles de la cordillera y, por ende, uno de los paisajes más arrebatadores. La altura y la orientación norte de las pistas de la estación Aramón Cerler, facilita que la temporada de esquí se alargue más allá del fin del invierno.
Los 1.130 m. de desnivel la sitúan como la estación con el mayor desnivel del Pirineo y consciente de ello, Cerler cuida con mimo la experiencia del esquí. Pero Cerler es mucho más, ya que se trata del destino ideal para divertirse en familia. Es el lugar perfecto donde compartir con los más pequeños de la casa nuestra pasión por las montañas y la nieve viviendo aventuras en el Bosque Encantado o en la Funny Track. El atractivo del paisaje mientras se salta en los módulos del Snowpark, la seducción por esa sensación de viaje sobre los esquís cuando se recorre la pista 9 km., que empieza en Gallinero, la cumbre de la estación.
En el entorno de Cerler tenemos otra posibilidad de disfrutar de la nieve, el espacio nórdico Llanos del Hospital que está situada en pleno Parque Natural Posets-Maladeta. Además, los deportistas más experimentados tienen la oportunidad de ascender a algunos de los picos más elevados que rodean el enclave, provistos de esquís de montaña o raquetas.
Si el invierno nos ofrece oportunidades magníficas de deporte y aventuras en Cerler, el verano tampoco deja nada que desear. En esta época se puede disfrutar, desde el propio pueblo, de innumerables senderos por los que puedes recorrer las montañas, y cerca del núcleo, en otros pueblos del Valle de Benasque, de un amplio abanico de actividades que se pueden realizar al aire libre, actividades de agua como el rafting, hisdrospped, piragüismo o barranquismo, parapente, escalada o BTT de todos los niveles, entre otras.
Es una de las rutas más bonitas del Valle de Benasque y sencilla de poder hacer, un bello rincón de especial interés durante el deshielo, donde el caudal de estas torrenteras es sencillamente espectacular. Parte desde la localidad de Cerler y es una ruta de senderismo circular de algo menos de 7 km con todo el recorrido señalizado y que no ofrece excesivas dificultades técnicas durante las épocas en las que no hay nieve. En dicha ruta se pueden contemplar muy de cerca las 3 cascadas: Cascada de la Masearada, Cascada El Clotet y Cascada El Bom.
La ruta, que durante todo el recorrido está señalizada con marcas amarillas y blancas de pequeño recurrido, parte del propio pueblo y va ganando altura hasta alcanzar la Ermita de San Pedro Mártir. La primera cascada que se encuentra es la cascada de Ardonés, es la más grande y la que suele llevar un mayor caudal. Un puente metálico con una posterior sirga para asegurarse en la resbaladiza roca humedecida, facilita el paso camino de las cascadas del barranco del Clotet y del barranco de la Mascarada, también equipadas con dos respectivos puentes metálicos. El camino finaliza en la iglesia de San Lorenzo de Cerler, posiblemente de origen románico.
Este recorrido, de aproximadamente 10 km. de distancia, transcurre entre bellos parajes rodeados de verdes prados con caballos, preciosas cascadas y vistas naturales únicas. Desde el pueblo de Cerler, dirigirse al parking de la estación de Cerler, frente a taquillas, donde se toma el PR-HU 33 que desciende por terreno sombreado hasta Anciles. Desde aquí, dirigirse al río Ésera para cruzarlo por un puente y tomar el camino que, a la derecha, remonta el cauce hasta alcanzar Benasque.
Una vez allí, se toma el PR-HU 27 a la entrada del pueblo. Tras pasar el cruce con el camino de La Saleta (PR-HU 28), continuar a mano derecha por el bosque de Es Felegás. Una vez alcanzado el Tusal Redondo, continuar hasta una nueva bifurcación. En ella tomar el camino de la izquierda, que lleva a Cerler.