Se conservan además 13 glaciares – declarados Monumentos Naturales -, impresionantes circos o bellos lagos de alta montaña como los ibones.
En las cotas altas encontraremos pinos negros y enebros y, a medida que vamos descendiendo, hayas, abetos, abedules, avellanos y bojes que cobijan a perdices nivales, tritones pirenaicos, marmotas, víboras, sarrios, buitres leonados, quebrantahuesos y águilas reales. En los valles merodean ardillas, topos, corzos y una gran variedad de aves.
Dentro de este gran espacio, siempre siguiendo las normas de conservación preceptivas, se pueden hacer actividades al aire libre como senderismo, alpinismo, ski nórdico, raquetas de nieve, esquí de montaña, barranquismo, escalada, actividades ecuestres o cicloturismo.
Los macizos de Posets y de la Maladeta constituyen dos de los núcleos montañosos más elevados del Pirineo, encontrándose entre sus cumbres las dos de mayor altura de toda la Cordillera Pirenaica, el Aneto (3.404 m) y el Posets (3.375 m).
Los glaciares cuaternarios fueron los principales agentes erosivos que dieron forma al paisaje del Parque Natural. Esculpieron sobre granitos,
calizas y pizarras, largos valles en forma de U, colosales circos y profundas cubetas, ocupadas actualmente por centenares de ibones, nombre con el que se conocen en Aragón a estos lagos de montaña de origen glaciar.
Cuando estos ibones se colmatan debido al relleno por sedimentos y por la acumulación de restos vegetales, surgen las turberas (“mollars” en la zona), que son terrenos musgosos y anegados con un mosaico de islotes, canalillos fangosos y orillas arenosas.
Actualmente se conservan tres núcleos glaciares de reducidas dimensiones en los macizos de Posets, Perdiguero y Maladeta, declarados Monumentos Naturales.
Estos macizos graníticos presentan relieves elevados y crestas afiladas, pero los escarpes provocados por la erosión de los glaciares en los granitos no son tan verticales ni, por lo común, presentan tanto desnivel como en otros macizos calcáreos pirenaicos, lo que da lugar a formas más pesadas, salpicadas de lagos y de evidencias de erosión glaciar.
Son también importantes los fenómenos kársticos, destacando la sima del Forau de Aigualluts, por donde desaparecen las aguas del glaciar del Aneto y, tras discurrir unos 4 km subterráneamente, reaparecen para alimentar al río Garona en el vecino valle de Arán.
Los cauces fluviales principales que se encuentran en el Parque Natural de Posets-Maladeta son el río Cinqueta que drena el Valle de
Chistau (sector occidental), la cabecera del río Ésera que drena el Valle de Benasque (sector central) y por el Este, ya fuera del Parque
Natural, el Noguera Ribagorzana drena el Valle de Barrabés.
Además de los cauces principales, también cabe destacar por su importancia hidrológica y geomorfológica numerosos cauces y barrancos transversales como el de Salenques y Llauset en el Noguera Ribagorzana; Ballibierna, Estós y Eriste, afluentes del Ésera; y los barrancos de
Cinqueta de la Pez y Cinqueta de Añes Cruces que se unen para dar origen al río Cinqueta.
Asimismo, existen numerosos ibones. El modo de circulación de las masas de hielo en los circos y en las artesas glaciares dio lugar a sobre excavaciones donde se acumulaba el agua una vez retirados los hielos. En el territorio de este Parque Natural hay aproximadamente un centenar de estos lagos de origen glaciar, que según su altitud pueden permanecer helados más de 6 meses al año. Algunos de los ibones que se pueden encontrar son: Bachimala, Millares, El Sen, Barbarisa, Perramó, Batisielles, Coronas, Llosás, Ballibierna, Cregüeña, etc. Otros ibones,
como Billamuerta, Paderna o La Escarpinosa son de aguas someras, verdosas, casi pantanosos debido al relleno de sedimentos y están rodeados de vegetación compuesta de juncos, cárices y esfagnos.
El régimen fluvial de la zona se caracteriza por caudales altos durante los meses de primavera hasta principios de verano como resultado del deshielo y de las lluvias primaverales y por caudales bajos durante el invierno y comienzo de la primavera, debido a que las precipitaciones son menores y las que se dan, suelen ser en forma de nieve.
En la zona se encuentra una gran diversidad favorecida por los fuertes desniveles y por la heterogeneidad topográfica y litológica. Desde los ambientes glaciares y de tundra de las zonas culminales, se produce la siguiente secuencia de vegetación: pastos alpinos y subalpinos, abetales, bosques mixtos mesohidrófilos, pinares de pino silvestre y robledales con boj. También hay enclaves de gran interés botánico donde destacan las comunidades casmofíticas y de pedregales.
En las turberas, la flora más característica es la hierba algodonera (Eriophorum agustifolium y E. latifolium) y las plantas carnívoras como la
atrapamoscas (Pinguicula grandiflora) o la drosera (Drosera rotundifolia), que para suplir la falta de nitrógeno o fosfato se alimentan de pequeños insectos.
En el piso nival, se encuentran aves como el gorrión alpino, la chova piquigualda y otras paseriformes, y en los días de verano se puede encontrar sarrio (Rupicapra pyrenaica). En la parte inferior de los neveros se encuentra una red trófica que comienza con crioplancton, hongos, algas, musgos y bacterias, continúa con nemátodos, ácaros y tardígrados, terminando con insectos carnívoros y paseriformes que visitan los neveros para alimentarse.
En los pastos alpinos y subalpinos se encuentra la perdiz nival (Lagopus mutus), por encima de los 2.000 m. En esta zona también prolifera la marmota (Marmota marmota) y el armiño (Mustela erminea).
En los roquedos, cantiles y gleras las especies a destacar son el sarrio, águila real (Aquila chrysaetos), quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus), el treparriscos (Tichodroma muraria) el gorrión alpino (Montifringilla nivalis), la lagartija pirenaica (Lacerta bonnali), etc.
La fauna de los humedales de montaña como ríos, arroyos, ibones, fuentes, manantiales, turberas y otras zonas encharcadas está
formada por especies endémicas como el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus) y el tritón pirenaico (Euproctus asper). En las
turberas es característica la lagartija de turberas (Lacerta vivipara). También ligada a los cauces de agua se encuentra la nutria (Lutra lutra).
En los bosques del Parque Natural se refugian especies como los protegidos mochuelo boreal (Aegolius funereus) o urogallo (Tetrao urogallus), así como el jabalí, la ardilla, el zorro, etc.
Para proteger este valioso enclave, recuerda:
No abandones los senderos marcados, así no molestarás a la fauna y percibirás mejor el esplendor de los paisajes.
Los accesos a determinadas pistas se encuentran regulados, atiende a la señalización
Ir en silencio te permitirá observar la fauna y percibirás mejor el esplendor de los paisajes.
No dañes ni arraques la flora.
Tras tu visita, recoge la basura generada y deposítala en un contenedor.
Conoces la importancia del agua, no viertas basuras ni utilices jabones en fuentes, ríos y cursos de agua.
Sólo se permite la acampada dentro del Parque Natural en su modalidad de alta montaña, en cotas superiores a los 2.000 metros, de 20:00 a 08:00h y a más de 500 metros de un refugio.
No se permite hacer fuego. Si ves humo o cualquier otra anomalía llama al 112 (SOS Aragón). La llamada es gratuita y atenderán cualquier tipo de emergencia.
Son frecuentes las tormentas de verano y las bajadas bruscas de temperatura. Es aconsejable llevar siempre ropa de abrigo y lluvia. Infórmate de las predicciones meteorológicas antes de planificar tus actividades
Los agentes de protección de la naturaleza y el personal de los Centros de Interpretación atenderán en todo momento cualquier duda o sugerencia.
La visita al Forao d'Aigualluts
La visita a Aiguallut permite disfrutar de uno de los fenómenos kársticos de mayor relevancia del Pirineo. Una estruendosa cascada de aguas cristalinas se precipita en un enorme sumidero enclavado en un idílico paraje rodeado de bucólicas praderas. Como por hechizo, el agua del imponente sumidero o 'Forao' de Aiguallut, desaparece para resurgir a varios kilómetros de distancia ya en el Valle de Arán. Un espectáculo natural de belleza inigualable que se produce bajo la mirada del Aneto y su glaciar de nieves perpetuas y al que se puede acceder fácilmente.